domingo, 16 de agosto de 2009

Los Inicios de CUIDADO CON LO QUE SUEÑAS






Cuidado con lo que Sueñas / Primer rodaje

Miércoles, 31 de Octubre de 2007

Fotos del 1er rodaje y más abajo encontrarás fotos del segundo rodaje.

Ya concluimos la música compuesta y dirigida por nuestro gran Aquiles Báez,


y estamos en proceso de la mezcla de la música, para posteriormente hacer el Dolby 5.1 en Argentina.

Acá parte del Blog inicial de la película:




Alexander Leterni Foto Rafael Salvatore


Entrevista: Alexander Leterni es ALEJANDRO


¿Qué te atrajo del personaje? ¿Te pareces a Alejandro?


Alexander Leterni: Yo creo que cuando leo un texto, una historia, lo que más me importa es ver si el personaje tiene algo que yo pueda darle. Si yo veo que el personaje encuentra en mí como actor lo que él necesita para llegar al espectador, lo hago, básicamente, y eso me pasó con Alejandro.


Sí, yo me parezco a Alejandro, en ciertas cosas. Yo vivo el día a día del teatro, tengo que moverme con eso. Es lo único que hago, yo soy actor; no hago más nada. En teatro, tengo que estar haciendo una obra tras otra y, aunque, a diferencia del personaje, no he llegado al extremo de irme del país, sí he sentido la necesidad de dar un vuelco drástico a mi vida, porque hay veces que no aguantas... Este negocio aquí, por lo menos, es así, en Caracas. Y sí, muchas cosas que tiene Alejandro yo se las he dado, muchos aportes míos a nivel personal. Claro, hay otra cara del personaje que no la tengo yo, y ahí entra el trabajo actoral. Por ejemplo, conseguir esa actitud de picaflor, cuando yo particularmente soy más bien reservado, y soy más tímido de lo que puede ser este chamo, que es muy lanzado, muy directo.


Alejandro es un personaje inicialmente desengañado, que no cree en su futuro como artista y prefiere irse a trabajar a una gasolinera a los EEUU con su hermano.

¿A qué crees que se deba su desilusión

A.L.: Esa desilusión tiene muchas razones. A mí, personalmente, me pasó. Yo también me iba a ir para allá cuando tenía dieciséis años, saliendo del colegio. Te llega mucha información de allá. Te dicen que en Estados Unidos hay mucha oferta de trabajo, esa es la información que te llega... Y creo que lo más lamentable es irte de tu país, a mí no me gustaría ya irme de aquí.

Abandonar el lugar donde has vivido tantas cosas es duro.
En el caso de Alejandro, él llega a un punto en que decide irse porque, realmente, ¿qué tiene él aquí? Él no tiene nada, como él dice, ¿qué futuro tiene en ese taxi? Además, como pintor, aquí no lleva vida. El arte es muy subjetivo y aquí, lamentablemente, es mal pagado... Alejandro llega al límite de decidir irse, pero entonces se da cuenta de que hay otra cosa más que lo puede retener, que es Candela.




¿Cómo describirías los sentimientos de Alejandro hacia Candela? ¿De qué manera crees que su relación con ella lo hace cambia

A.L.: En el momento en que comienza la historia, él ya ha venido espiándola, desde niño. En todos los períodos de su vida, cuando pelea, cuando se ríe, cuando llora, siempre ella está allí, en el balcón de enfrente. Hasta el momento en que se conocen, lo que él siente por ella es algo platónico. Cuando la conoce, comienza a cotejar estos dos universos, el platónico y el real, y las dos cosas le gustan de ella. Él llega a la conclusión de que lo que él siente por ella es amor, y un amor de verdad, que está por encima de un simple gusto.


Creo que esa relación, además, significa para él un apoyo; ese apoyo es algo muy importante, que lo hace cambiar.
Muchas veces, encontrar a alguien que crea en ti hace más fácil que uno mismo crea en lo que hace.
Candela es esa figura para Alejandro, y más aún cuando es ella a quien él pinta.





Alexander Leterni junto a Astolfo Fúnes pintor que dió vida a la parte pictórica de la película de manera magistral



¿Cómo te has preparado para tu interpretación?

A.L.: En un principio, más físicamente que psicológicamente. Es un personaje que ni es un modelo, ni un gordo. Entonces, tengo que estar ahí, pues, en el medio (ríe), y yo estaba con unos kilos de más antes de comenzar el rodaje. Y luego, sí, hubo un proceso que costó, porque antes del inicio del rodaje yo tenía una concepción distinta... A veces uno se imagina la película de una manera y al encontrarse con la directora, y en este caso también con Ana, la actriz, te das cuenta de que lo que has creado no sirve… Estando en el rodaje, con tanta presión sobre tu trabajo, tienes que hacerlo excelente, porque es un trabajo efímero, y si no lo haces bien luego te lamentas, es típico, te empiezas a analizar. Tienes muchas exigencias, no sólo de la directora, sino que también de los compañeros y de uno mismo. Entonces, encontrar ese punto en que sí funcionara es lo que más trabajo costó. Nunca había hecho un personaje como éste, es totalmente diferente a todo lo que he hecho en teatro.
Y eso, sumado a la presión del rodaje y lo demás, pues ha sido un proceso tenso. Pero también cómico y divertido; me ha nutrido bastante, es una cara que yo no había explorado.
En realidad, yo no soy muy de esos métodos de actuación, sino que yo lo que trato es conectarme con la verdad que yo le pueda dar al personaje, mientras haya verdad, el espectador se lo cree y punto.
Pero para yo conseguir esa verdad, la verdad de ese picaflor, yo en mi carro tuve que lanzarle todos los piropos que se me pasaran por la cabeza a cuanta mujer mayor que yo hubiera por la calle, en serio (ríe). Y eso que yo no soy muy de esas cosas, pero esto me hacía falta. Y el proceso ha sido duro; a veces sientes que lo consigues, y de repente lo pierdes, a veces sientes que lo recuperas… Pero de eso se trata, pues.


¿Cómo ha sido el trabajo junto a Ana Fernández?

A.L: Ha sido muy enriquecedor, muchísimo. De verdad, yo agradezco la oportunidad de estar trabajando con actores de este calibre. En el caso de Ana, es una actriz muy experimentada; tiene encima no-sé-cuántas películas... Y éste es mi segundo largo. ¿Cómo hago yo para apoyarme en estas condiciones y que me sirva? Lo fundamental, la clave ha sido escuchar, confiar en la experiencia, claro, sin olvidar tu propio criterio, tu intuición y tu punto de vista, ¿no? Ana es una persona que hace cine en países que "hacen cine", mientras que en nuestro caso, pues, ahorita es que se está forjando.



Es un privilegio por eso, porque yo he compartido con actores que tienen mucha trayectoria, pero nunca con gente de afuera, que tiene otra visión, otra cultura. Eso te nutre muchísimo, en todos los sentidos. Y, como te digo, ha sido un reto de humildad, porque hay veces que uno tiene una postura muy radical y de repente te toca agarrar eso, guardártelo en silencio, escuchar esta nueva versión y tener que resolver en el set… A mí me ha pasado que yo llego al set con una lectura de una escena y Ana tiene otra. Entonces, ¿cómo olvido todo lo que tengo en mente y lo sustituyo por algo nuevo? Porque, además, lo que me toca es convencerme de que me va a servir tanto como yo pensaba que me iba a servir lo anterior, ¿no? (ríe), pero eso es lo que te entrena como actor, te hace desarrollar una habilidad, una destreza para desechar, para tomar algo nuevo en una fracción de segundo, casi sin procesarlo.





Marisa Román es Katy, la manicurista “Emo” del barrio

Entrevista realizada por Alexandra Cariani.

Entrevista: Marisa Román es Katy


¿Qué es lo que no sabemos de Katy, cuál es su historia?

Marisa Román: Bueno, más allá de lo que se ve en pantalla, Katy vive alquilada en un rancho. Comparte habitación y baño con otras dos chicas. El padre de su bebé la dejó. Trabaja en la peluquería desde hace tiempo. Es, de alguna manera, la chiquita del grupo. Es como una recogida, está allí más por lástima que por otra cosa. Pero, de pronto, vino a ser como su familia. Que cierren la peluquería le supone un problema. Estando en estado, es difícil que le den trabajo. En las circunstancias en que está, que tenga que tomar un par de carritos por puesto para poder llegar a su casa, que tenga que subir escaleras, que tenga que compartir su espacio con un montón de gente, que viva hacinada… Obviamente, en el momento en que le toque dar a luz en un sitio público, sin comodidades, sin el papá de la criatura apoyándola… Además, sin mucha certeza de querer ser mamá... Tiene una vida muy conflictiva.


M.A.:¿Qué te motivó del personaje?


M.R.: A Norma, siempre la he admirado mucho; toda mi familia es de Argentina y por eso, pues, conozco su trayectoria. Ya he tenido oportunidad en otras películas de hacer cameo, pero es muy difícil desarrollar un personaje en una o en dos escenas. Así que le propuse la posibilidad de tener un personaje con un poco más de desarrollo, más que nada, para divertirme más días, poder compartir más con Norma. Cuando Gil me comentó del personaje, me dijo que era una manicurista embarazada. El solo hecho de que estuviera embarazada a mí me pareció atractivo. Cuando tuve el guión en mis manos vi que de pronto es algo distinto a lo que estamos acostumbrados a contar en el cine venezolano. Lo que hace cada personaje dentro de cada escena, lejos de ser una limitante, es una posibilidad. Tienes la oportunidad de proponer. Para mí, por ejemplo era muy importante el movimiento, que estuvieran moviéndose. Que la acción fuese continua. Creo que es el movimiento lo que iba a dar verdad a este set y las escenas que se ruedan en él; y nuestro trabajo en gran medida era ese: regalarle un poco de verdad a este microcosmos que es la peluquería para conseguir que los personajes principales estén en un contexto verosímil. A veces me parece que a Geyka estos personajes se le están escapando de las manos, están adquiriendo vida propia y eso es gracias a que Geyka les da permiso para ser lo que vayan a ser finalmente. Una vez que se termine de filmar todo y se edite, al final esa va a ser Katy. Yo busco divertirme mientras lo estoy haciendo (ríe).

M.A.: ¿En qué crees que te pareces a Katy?

M.R.: Esa es una pregunta de rigor, que te haces con todos los personajes. Yo creo que por el simple hecho de que los personajes partan de ti, que les des tu cuerpo y tu voz, siempre va a haber algo propio en la interpretación. Sí, hay algo de su carácter que veo en mí, tal vez algo de su rebeldía, de su apatía, que son aspectos que sí reconozco en mi personalidad. Eso son herramientas que te hacen sentir más o menos cómoda, pero la interpretación no siempre se trata de eso; quizás el reto es hacer creíble para el espectador algo que no necesariamente eres.

M.A.: ¿Qué te está aportando participar en Cuidado Con Lo Que Sueñas?

M.R.: Al ser un personaje pequeño, tan característico, pues, me está permitiendo observar cómo trabajan mis compañeros. He aprendido mucho observándolos. La dinámica de trabajo es distinta… Por otra parte, yo siempre he dicho que a Katy todo el mundo le puso mucho cariño antes del rodaje, cuando se decidió cómo se iba a vestir, cómo llevaba el pelo, dónde le íbamos a poner los piercing… Y por eso creo que mi primer público, que es la gente que está aquí en el set, lo está pudiendo disfrutar tanto como yo; eso es algo que me satisface.





Entrevista: Lourdes Valera es Deborah


Antes del inicio del rodaje, se reunieron Pastor, Marisa, Geyka y tú para desarrollar los personajes de la peluquería. ¿Qué me puedes decir del personaje de Deborah?


Lourdes Valera: Bueno, es un trabajo muy lindo que hicimos con Geyka en que nos inventamos la historia de estos personajes, de estos “personajes satélite” que están alrededor de la historia principal, que es la de Ana (Candela), Norma (Lola), el niño (Diego) y Leterni (Alejandro). En mi caso, Deborah es una mujer divorciada con dos hijos. Para ella es muy importante el físico, es de esas mujeres que se gastan todo lo que ganan en ellas. Sueña con conseguir el amor de su vida. Es estrambótica, dentro de lo básica que puede ser. Ella cree que al salir de la peluquería, en cada esquina se va a enamorar algún hombre de ella. Al final, su sueño es conseguir una pareja.


Deborah es un personaje de formación básica, a lo mejor ni siquiera bachiller, es una tipa de clase media-baja. No es una mujer con demasiadas aspiraciones, su mundo se basa en esa peluquería. Es un personaje real. Tú vas a una peluquería y te consigues a Deborah. O te consigues a Jean-Pierre.

¿Qué te entusiasmó?

L.V.: Hay dos razones fundamentales por las que yo acepté trabajar en la película. Una es que yo había visto el cortometraje de Geyka (Ale, Luli, Luís y el brazo) y me encantó, lo vi hace muchos años. Yo sé el tiempo que tiene Geyka luchando por hacer su ópera prima. Nosotros, Luís Alberto (Lamata) y yo, hicimos hace poco una película que se llama El enemigo. Con nosotros colaboró mucha gente para hacer esa película. Yo, particularmente, con algunos cineastas que quiero mucho, llámese Carlitos Villegas, Alejandro Wiedemann, Alfredo Hueck. Creo que viene una generación muy volada, con la que quiero trabajar, porque creo que es un crecimiento. Y yo, que sabía todo el tiempo que llevaba Geyka con su ópera prima, para mí era un orgullo hacer cualquier cosa, entre comillas. Eso es algo que se lo haces a una persona que respetas y que admiras, a un pana. Como yo a Geyka la admiro, me entusiasmó hacer el personaje. La otra cosa que me motivó fue que yo quería trabajar con Norma Aleandro, y eso es tan fundamental como lo de Geyka. Yo incluso me iba a ir a Argentina a hacer un curso con ella. Rahamut me estaba ayudando a conseguir cuándo empezaba el curso, todo… Y por cosas de la vida, cuando Geyka me comenta que va a trabajar Norma, bueno… Una señora que yo he visto en teatro desde que era una niña, y siendo niña, la vi en un monólogo y me dije que quería parecerme a ella, aprender de esa actriz. Y resulta que es como si hubiera hecho un curso con ella, la vi trabajar, compartí con ella… Pero sobre todo, ver la energía de esa señora, su escuela era para mí un crecimiento. Esas eran las fundamentales, pero, después te consigues otras cosas… Una tipa tan bonita como Ana Fernández, yo no sabía quien era. Cuando me dijeron: «Norma», ya me enganché. Pero luego me conseguí una actriz que se ha hecho querer por todos nosotros, que además es excelente actriz. La había visto en Solas, pero al principio no la recordaba por nombre. Es una actriz que admiro, respeto y quiero. Anita se ha hecho cómplice con todo el equipo y ha hecho que todo sea más sabroso y más digerible. Un rodaje es duro, hay mucho sol, uno suda… Si no se tuviera un grupo humano como el que tenemos, sería más difícil. Yo creo que una de las cosas que tiene esta película es que tiene un grupo humano muy rico, que te lo hace llevadero. Yo por ejemplo, a Alejandro yo lo amo, y Rubén es un tipo encantador. Los de audio son encantadores. El trabajo de arte ha sido una belleza. Yo nunca había trabajado con Sandy, y yo llego a mi casa hablando de su trabajo, de lo que me emociona lo que ella ha hecho. Obviamente, viendo en arte, la cabeza de maquillaje, Maduca es excelente y Carlos también. Morellita (Monagas), que las dos, ella y su asistente (Antonella Ruggiero) son sensacionales. Todos ellos nos ayudaron a dibujar la historia. Una peluquería que se quedó en un tiempo, y que si entramos en una peluquería de Chacao chiquita, seguramente la vamos a encontrar así. Esas cosas motivan y te llenan de orgullo. Son las pocas cosas que tenemos los actores para asumir los trabajos. Estoy trabajando, a lo mejor, en un papel pequeño, pero estoy trabajando un grupo humano que me encanta, estoy aprendiendo, estoy haciendo algo con una tipa en la que creo. Hice un “curso” con Norma, conocí a una directora de arte que me parece una maravilla. Conocí un equipo que me encanta. Nunca había trabajado con Manduca, con Morella, contigo, con casi ninguno. De eso siempre sale algo bueno.


¿Hay que tener cuidado con los sueños?


L.V.: Oye, creo que el día que perdamos la capacidad de soñar, será tristísimo. Yo creo que incluso hay veces que hasta uno está en el set y está soñando con algo. El sueño es lo único que no nos puede limitar. Además en el caso de Candela, qué rico que se le de su sueño. A veces, cuando soñamos, decretamos cosas. Yo había soñado con trabajar con Norma Aleandro. Lo soñé y era una chama de trece años, cuando la vi haciendo el monólogo. Nadie me iba a decir que iban a pasar casi treinta años y me iba a encontrar con ella... Si cuidado con lo que sueñas es porque se te puede dar, bienvenido sea. Trataré de soñar siempre bonito.




Pastor Oviedo es Jean Pierre / Foto Rafael Salvatore


Entrevista: Pastor Oviedo es Jean-Pierre

Pastor Oviedo como Jean Pierre

¿Cuál es el trasfondo de tu personaje, cuál es su historia?


Pastor Oviedo: Para empezar, el personaje de Jean-Pierre estuvo inicialmente escrito como Wilmer. De hecho, se llama Wilmer, pero se hace llamar Jean-Pierre. Se hace llamar así por varias razones, incluso, se hace llamar Jean-Pierre porque lo propone Lola, el personaje que hace Norma Aleandro, que es una persona importante en la vida de Jean-Pierre, o de Wilmer, porque Lola fue quien le enseñó prácticamente todo lo que sabe, quien lo inició en el mundo del estilismo. Jean-Pierre es un personaje noble, que siente que prácticamente es el hijo de Lola, el hijo que ella nunca tuvo. Es un muchacho que llega a la peluquería sin saber nada, y Lola lo recibe y lo va convirtiendo poco a poco en lo que es. Incluso Jean-Pierre se viste así en cierto modo para satisfacer a Lola, ya que ella lo consiente mucho, así como él a Lola también. Otra de las cosas que fortalecen esa relación de Jean-Pierre con Lola es que Candela, por la enfermedad de su madre, le tiene poca paciencia, mientras que Jean-Pierre la protege; por agradecimiento, por el cariño que le tiene... Es una relación al mismo tiempo de admiración, de respeto y también de protección.

¿Cómo te has preparado para el personaje?

P.O.: Mira, fue mucho a partir de las conversaciones con Geyka, con la directora. En una primera lectura, quizás no se pueda sacar mucho del personaje, pues tiene muy poco texto, pero la directora en reuniones con los actores nos ayudó mucho a descubrir un poco más a los personajes, incluso a nivel físico nos indicó lo que tenía en mente.
En mi caso, es un personaje que es bastante afectado, es decir; usa el cabello liso, cuando no lo tiene liso, lo tiene pintado con mechas de otros colores, usa ropa muy ajustada, trata siempre de estar a la moda, entre comillas porque, claro, es la moda de un peluquero que quiere llamar la atención... Usa lentes de contacto azules que, aunque nunca se diga y nunca se le ve con sus ojos normales, son unos ojos que llaman mucho la atención y se nota que son artificiales.
Esas son las características físicas que tenía la directora en mente. Y, a la vez, si uno se hubiera dejado llevar por el lugar común, hubiese hecho un personaje muy pintoresco, muy florido, muy afeminado. Sin embargo, con el aspecto físico ya basta. Hay un aspecto de comportamiento que sorprende a primera vista, pues muestra que en vez de ser tan amanerado como se esperaría, es un personaje más bien comedido, que se viste y se comporta así por las recomendaciones de Lola, pero no necesariamente es un gay demasiado afeminado. Dentro del poco parlamento que tiene dentro de la película, resultó ser un personaje sencillo de armar porque no tenía que estar exagerando ni saturando demasiado al personaje, y solo con vestirlo de esta manera y con el cabello como se lo ponen, es suficiente.

¿Te sientes cómodo con tu personaje?

P.O.: Sí, me siento cómodo porque es un personaje distinto. Siento que estoy haciendo un personaje nuevo y lo que estoy cuidando es no sobreactuar. Jean-Pierre en su aspecto ya es muy fuerte, así que me gusta poder trabajar otros aspectos, por ejemplo, a nivel de mirada. Me siento bastante cómodo, sí.

¿Qué ha significado este proyecto para ti?

P.O.: Bueno, primero, hay que decir que aquí hay pocas oportunidades para hacer cine, y yo siempre busco la oportunidad. Cuando yo hice el casting no sabía exactamente para qué era, no sabía el nombre de la directora, no sabía el nombre del proyecto… La directora de casting (Mireya Guanipa) me dijo: «es un personaje pequeño en una película y es un peluquero». Cuando hice el casting, sin saber nada, me armé un vestuario, pero pura improvisación. Pasaron como dos semanas, y un día me enteré de que había quedado para el proyecto. Yo pensaba que iba a tener una, dos escenas. No importa, chévere… Pero cuando supe: «vas a estar al lado de Norma Aleandro y de Ana Fernández», Ni lo pensé!!. Por eso, me parece importante que la película quede bien. Porque la cara de la película, además de Geyka Urdaneta, su directora, es la de estas dos actrices. Es algo que de entrada, ya te compromete. Estar al lado de dos actrices de cine reconocidas significa que tienes que hacer tu trabajo lo mejor posible. Es un compromiso, viéndolo de la mejor manera.




La Primera Actriz argentina Norma Aleandro encarna

a una mujer de la tercera edad que bebe escondida

en su casa y esconde un pasado oscuro que confesará a

Candela, su hija, después de mucho tiempo.



Norma Aleandro como Lola (Foto Rafael Salvatore)


Entrevista: NORMA ALEANDRO ES LOLA
por Matías Adam

¿Qué le llamó la atención del personaje de Lola? ¿Se siente identificada?

Norma Aleandro: Bueno, en realidad, me interesó en general el guión. El personaje es una mujer que se ha exiliado de su país, que está viviendo otra vida con su hija en Venezuela. Ella tuvo un conflicto muy grave de joven con su marido, que era un golpeador, pero lo que vemos en ella es que, a pesar de que tiene un bypass hecho hace poco, a pesar de que realmente les cuesta mucho salir a flote -aunque tienen su clientela-, es de esas personas que le echan sal a la vida, una persona que tiene una gran capacidad de recuperación, tiene algo de sobreviviente. Lola no se va a dejar vencer por las circunstancias y eso lo prueba durante la película.


¿Identificada? Yo nunca pretendo sentirme identificada con los personajes, pero en este caso me identifico en su forma positiva de ver la vida, de ver el lado claro de la luna, el vaso medio lleno... En esas cosas me identifico.


M.A.: ¿Qué cree que significa la peluquería para Lola?


N.A.: Para Lola significa mucho, no solo es su lugar de trabajo, ni solamente lo que le ha permitido mantenerse a ella y a su hija, sino que también significa su destreza en la artesanía del peinado, su orgullo; hace cuarenta años que está con este oficio. Hoy tiene su clientela fija y gente que la viene siguiendo desde entonces. Para Lola, significa el orgullo de un buen artesano, el mismo orgullo que puede tener un artista. Ella está orgullosa de lo que ha progresado, de haber peinado a Misses, de que ha podido prosperar en su camino y es una estupenda peluquera.


M.A.: Lola le confiesa a su hija la razón de su exilio cuando ella tiene 40. ¿Cómo cree que esto las ha hecho sentir?


N.A.: Ella siempre tuvo esa duda, un dilema entre contárselo y no contárselo, y en esa escena que dices, siente las ganas de decírselo, pero aún se debate, hasta que al final... Ella tiene miedo de morirse sin decirle la verdad y termina confesándoselo. También pensando que ha cometido un error al no decírselo antes, esas mentiras no ayudan. Ella creyó que con esa mentira evitaría que odiara al padre, y haría que tuviera una relación más normal y más justa con los hombres. Cuando ve que no es así, que su hija ha tenido relaciones esporádicas con hombres casados, mujeriegos, y nunca termina armando una relación de pareja real con nadie, que ni siquiera ha convivido con nadie que no sea su madre – y ha llegado a un punto en que se ha quedado como medio adolescente –, termina pensando que a lo mejor ha hecho mal en no decirle la verdad. No fue el padre el que se fue, sino que fue ella la que huyó y ahora le tiene que contar las razones por las que escapó del marido. La hija lo comprende. A las dos les hace muchísimo bien, deshacerse de semejante historia mentirosa que las ha acompañado toda la vida.


M.A.: ¿Cómo se ha sentido trabajando junto a Ana? ¿Cómo ha sido la experiencia junto a los actores venezolanos?




N.A.: Esta guapa es de esas actrices que a mí me encantan, porque tiene la fuerza y la personalidad necesarias para crear personajes, y con esto quiero decir que actoralmente le sobran herramientas y además tiene la inteligencia para leer un personaje, para manejarse en cine –que es complejo-. El arte del actor en el cine es muy difícil, porque estás expuesto frente al trabajo de mucha gente y dependes de terceros todo el tiempo. Ya sea por el director de fotografía, por el director – en este caso, Geyka, una directora-, de los asistentes de dirección, del maquillador, del vestuarista, de un director de arte. Dependes de mucha gente para poder armar tu personaje y que en el momento de la toma sea verdadero lo que haces. Yo creo que ella lo logra eso pero sobradamente.


Con los venezolanos, hemos trabajado poco. Pero las actrices que han aparecido aquí son muy buenas, muy buenas, son actrices de teatro. Todavía con actores no he trabajado, salvo con el niño, que aunque todavía no podemos considerarlo un actor, creo que realmente va a estar estupendo en la película. Espero que salga una muy buena película de tan buen reparto.


M.A.: ¿Cómo ve la proyección del cine en Venezuela dentro de unos años?


N.A.: No lo sé en la práctica, pero, por todo lo que he oído, tendría que resurgir el cine venezolano, porque se está haciendo más cantidad de cine, hay co-producciones, que fue lo que ayudó en nuestro país, en Argentina. En el peor momento económico del país empezaron las co-producciones con España, también con Italia. Los directores de óperas primas se conseguían de pronto parte de co-producción con Holanda, con Francia, y los libros ganaban algún premio –ya fuera en Sundance o en otros famosos festivales- y lograban entonces, a raíz de eso, un apoyo económico de otros países, así como del Instituto de Cine. Aquí también el Instituto de Cine ha propuesto a esta película, y creo que a cuatro más, lo que es un buen camino... Y no solo el Instituto de Cine, sino también Ibermedia... O sea, hay posibilidades de ayudar a crecer económicamente, porque creo que gente tienen y directores tienen; entonces lo que falta es un apoyo, un piso económico que creo que lo están logrando... Que tenga como planificación el Instituto de Cine aportar dinero no solo para películas de directores consagrados sino en óperas primas también, es un buen camino.


M.A.: ¿Cree que hay de tener cuidado con los sueños?


N.A.:Yo ahí no estoy tan de acuerdo. Creo que los sueños son los sueños, no podemos evadir el mundo de la utopía para vivir, es parte de la naturaleza. A mí no me molestan tanto los sueños, quiero decir que no me parecen tan peligrosos. Eso sí, hay que tener cuidado de no hacer cualquier cosa por cumplirlos, pero, bueno, eso ya es algo que va en la ética de cada uno...



Pintar el alma












Alexander Leterni como Alejandro, el taxista que es un pintor frustrado
Fotografía de Salvatore



Sila Caufman: Escuchando Passages de Ravi Shankar y Phillip Glass / Asistente personal de Norma Aleandro


Lunes, 15 de Octubre de 2007


Escuchando Passages de Ravi Shankar y Phillip Glass, decido salir de mi burbuja y escribir sobre Norma Aleandro.

Mi rostro se torna serio, ocultando una leve sonrisa que recuerda esa gran mujer, con alma de niña…así es ella ante mis ojos.

Maravillosa experiencia, que me enseñó y regaló momentos de sabiduría, reflexivos pensamientos, pausas ante palabras dichas o no.

Sin importar el clima, las horas que pasaban, los repetidos grabando y acción!!!, el silencio o el ruidoso pasar de los autos… siempre sentí una profunda paz y armonía al lado de tan admirada actriz.

Hoy, ante una pantalla y un impersonal teclado, les doy las gracias por mucho en tan poco.

Definitiva y sempiternamente, el tema A se repetirá una y otra vez en mi cabeza, cuando recuerde estas semanas de rodaje.

Fin de un instante.

Sila Caufman – Asistente de Norma Aleandro



Geyka Urdaneta / Directora,Guionista y Productora Ejecutiva de
Cuidado con lo que Sueñas


Geyka Urdaneta (Directora) junto a Rubén Belfort
(Director de Fotografía y la Asistente
de Ditección Joacenith Vargas, en el rodaje
de la segunda fase de "Cuidado con
lo que Sueñas", 2.008. Foto: Rafael Salvatore













Geyka Urdaneta junto a Marisa Román, Lourdes Valera y Pastor Oviedo






Los niños de la película cuyo casting fue una extraordinaria labor de Mireya Guanipa, Jefe de casting de "Cuidado con lo que Sueñas" tras una exhaustiva investigación en diversas escuelas populares de Caracas. Los niños tuvieron la guía de Matilda Corral, quien fue su tutora en actuación.

GEYKA URDANETA: Directora y Guionista

Martes, 02 de Octubre de 2007

Directora de Cine y TV, egresada como Comunicadora Social, mención audiovisual de la UCAB. Luego de una vasta trayectoria como asistente de dirección para producciones de cine venezolanas y extranjeras, dirigió diversos documentales institucionales y seriados para TV como "Los del Galpón" (UNESCO, CVG, VTV), "Archivo Criminal", "Archivos del más Allá" (RCTV), diversos programas dramáticos unitarios, y cuñas. Sus inicios como cortometrajista están ligados a "7x1 Cortometrajes", conglomerado de 10 jóvenes cineastas que filmaron cortos en torno a Caracas y la violencia urbana. Dicho proyecto obtuvo el reconocimiento como "Mejor Proyecto Iberoamericano" en el Festival de Cine de Trieste, Italia. Su corto "Luna Urbana" formó parte de la selección oficial del festival de cortos de Clermont Ferrand, Francia, entre otros. Además obtuvo el primer premio "Jóvenes Cineastas del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC)". Posteriormente dirigió "Ale, Luli, Luis y El Brazo", cortometraje con el cual obtuvo la Catalina de Oro al mejor corto del Festival de Cine de Cartagena, Colombia. Premio al mejor corto del Festival de Fundavisual Latina, Mejor corto, dirección, guión, de los Premios Municipales de Cine de Concejo del Municipio Libertador, Premio a la Calidad del CNAC, entre otros. Actualmente se encuentra la post-producción de su ópera prima, el largometraje “Cuidado Con Lo Que Sueñas" y dirige su compañía de producción GESS PRODUCCIONES.


ALGUNAS ANÉCDOTAS DEL RODAJE INICIAL





El equipo de la primera parte de rodaje de "Cuidado con lo que Sueñas" 2.007
ALEJANDRO WIEDEMANN director de Fotografía, Ana Segovia, Jefe de Producción, "Musculito" Jefe Eléctrico, entre varios compañeros que apoyaron a este rodaje con su profesionalismo.
Gracias por su participación y su colaboración siempre presente para la película!!



Después de una semana de rodaje...


Miércoles, 12 de Septiembre de 2007
noreply@blogger.com (Matías Adam)


Ha pasado apenas una semana de rodaje y aun así parece que sea mucho más. El dicho indica “cuidado con lo que sueñas, porque se hará realidad”. Y eso mismo está pasando con la película: se está volviendo realidad.


Si es así, es porque el cine es, en sí mismo, un juego de fantasías y realidades, de verdad y ficción. Todo en el cine es ficción y verdad según cómo se mire. Son de mentira los decorados, son imaginarios los personajes, y tras esas dos ficciones, una larga lista. Pero al mismo tiempo, no podemos decir que sean ilusorios desde que tienen un lugar en la realidad. Y es que, incluso, a veces la misma realidad nos sorprende con algo que aparenta ficticio. Es el caso de la lluvia del sábado, cuando rodábamos en la calle, una lluvia que caía de un cielo de sol ardiente y muy pocas nubes. En esos momentos es que nos damos cuenta de la fragilidad de esa barrera que separa lo real de lo irreal. Al fin y al cabo, es imposible mentir sin usar la verdad, bien sea alimentándose de ella o usándola como oposición.


El sábado fue el primer día que se filmó de una manera más próxima a la realidad, en la calle, lo que fue muy intenso y significativo. La historia de esta película es básicamente una historia de la calle, de personajes que recorren la calle, que la caminan e incluso –algunos- la habitan.


Los espacios en los que se había filmado hasta ahora eran espacios cerrados. Por primera vez pudimos ver un escenario abierto, vivo, conocimos a los que, sin saberlo, son los vecinos de Lola y Candela; escuchamos los ruidos que entran por la terraza, sentimos los olores de las calles por las que pasan todos los días para dirigirse a la peluquería... Por este motivo es que debemos dudar sobre la absoluta ficción de esta historia, porque, si bien no existe Lola ni Candela alguna en la realidad, en cambio sí existen sus esencias en la cotidianidad de otras personas de carne y hueso que caminan realmente todos los días esas mismas calles, ya bien sea para hacerse la manicura en Sueño de Mujer, o para tomar un taxi que los lleve a la Alcaldía...




Candela y Alejandro desde sus balcones contigüos
se observan...se precisan...se encuentran...



Entrevista de El Universal
a Norma Aleandro y Ana Fernández


Domingo, 09 de Septiembre de 2007, 10:11:11 a.m.


Ayer, 4 de septiembre, vino al set de rodaje el periodista Ángel Gómez de El Universal a reunirse con las actrices principales, Ana Fernández y Norma Aleandro y con la directora, Geyka Urdaneta, con el objetivo de realizar una entrevista. Aquí algunas fotos del momento, hechas también por Rafael Salvatore:



FOTOGRAFÍAS DE RAFAEL SALVATORE.(2.007 y 2.008)


Ana Fernández (Candela) junto a Alexander Leterni (Alejandro el taxista)
y Jaiver (El Bachaco),en la ecena del refugio donde los niños de la calle
adoran la cabeza de Bolívar



Geyka Urdaneta y Alexander con la máquina montada por
Richard Urbina excelente maquinista de la segunda fase de la película



Primer día, INICIO DE RODAJE


Martes, 04 de Septiembre de 2007, 10:29:48 a.m.


Y... ¡Acción! Hoy lunes 3 de septiembre comienza el rodaje de “Cuidado Con Lo Que Sueñas”. Desde una hora muy temprana, ya comienza a funcionar este engranaje de tantas piezas que hasta ahora parecían inconexas y cuya articulación maravillosa dará por resultado un película que promete mucho. Nos encontramos en la Quinta Romayra, en Cumbres de Curumo, con muchos pies en movimiento y un cielo gris sobre nosotros que se va tornando caliente y punzante a medida que pasan las horas.


Empiezan a articularse las labores de una larga lista de personas que hasta ahora se han esforzado, desde sus diferentes áreas, y es hoy finalmente que unen sus trabajos en uno solo... Gracias a esta articulación es que esta Quinta Romayra, cuyas habitaciones están llenas de fotos que cuentan la historia de una vida ajena a la película, se transforma por hoy en el escenario de una ficción llamada “Cuidado Con Lo Que Sueñas”... Es debido a este motivo que, por momentos, hasta las fotos de la sala se callan, dejan de contar su historia, y desaparece con ellas la Quinta Romayra para pasar a ser la cocina de Lola y Candela, donde un Diego herido comparte el desayuno con las peluqueras.


Norma Aleandro, Ana Fernández y nuestro joven actor, Rosmel, se enfrentan hoy por primera vez al reto de ser Lola, Candela y Diego juntos y frente a una cámara. Y será así por unas cuantas semanas, hasta que se invierta el proceso de metamorfosis y ya no haya más Lola, ni más Candela, ni un Alejandro, ni un Diego corpóreos. Pero no se desvanecerán, sino que entonces serán como las fotos de la sala, que cuentan, a veces a gritos, y a veces en silencio, una historia con su propia voz e imagen.



Fotos de la Prueba de Maquillaje: Norma Aleandro y Ana Fernández, realizada por nuestro José Luis Manduca, excelente estilista y gran peluquero que constituyó una figura importante en ésta película, ya que la peluquería era una locación protagónica en la trama.


Jueves, 30 de Agosto de 2007, 04:06:36 p.m